sábado, 30 de junio de 2012

La sordo ceguera

Entre las deficiencias vinculadas a la ceguera o deficiencia visual, existe una que presenta características muy especiales y complejas: la sordo ceguera, que es generada por la combinación de déficit graves de visión y audición y es única entre todas las demás.
Una persona es sordo ciega cuando en ella se combinan dos deficiencias sensoriales generando problemas de comunicación únicos y necesidades especiales para percibir y desenvolverse en su entorno. Como consecuencia de la incomunicación y desconexión con el mundo, presentan una serie de dificultades, que se manifestaran, de acuerdo a sus características, el la comunicación, la educación, el trabajo y la vida social.

Por lo tanto la sorda ceguera es una capacidad que debe ser considerada con entidad propia. Las personas que manifiestan esta condición requieren de servicios especializados, personal específicamente formado para su atención, métodos únicos de comunicación alternativa y rutinas planificadas, que los ayuden a desempeñarse en las actividades diarias.

Algunas personas sordo ciegas pueden ser totalmente sordas y ciegas. Otras, en cambio, poseen restos auditivos, visuales o ambos.

En el caso de quienes poseen la discapacidad de nacimiento o que la adquieren a temprana edad, la situación es mucho más compleja, puesto que se pueden presentar problemas adicionales que afecten a su personalidad o conducta.

Es imprescindible, entonces, iniciar una intervención inmediata, que permita al paciente aprender a utilizar sus restos sensoriales para potenciarlos y adquirir aprendizajes tales como: la comunicación alternativa y la orientación movilidad.

Estilos de crianza

Los tres estilos de disciplina predominantes son:

Autoritario: se caracteriza por que los padres creen tener siempre la razón y saber perfectamente lo que es correcto para el hijo. Generalmente, la herramienta para ejercerlo es el maltrato físico o psicológico. Se basa en el miedo que siente el niño al ser castigado. La consecuencia es profundamente negativa porque actúa como un modelo violento a imitar, y progresivamente estimula mayor agresividad en el niño. A los niños les cuesta entender el sentido de las normas y obedecen solo por miedo, lo que hace que cuando el adulto no esta, no obedezca.

Horizontal o permisivo: los padres que ocupan predominantemente este estilo suelen no poner límites o cuando los ponen son demasiado flexibles para hacerlos cumplir porque tienden a situarse al mismo nivel que sus hijos. Confunden la jerarquía que todo padre posee. Este estilo es muy confuso y perjudicial para los hijos. Se les dificulta el desarrollo del sentido de responsabilidad y se sienten inseguros sin referentes que los protejan y los guíen, tomando decisiones que no corresponden con su edad.

Democrático: los padres son capaces de poner límites claros y sanciones justas, con equilibrio entre cariño y firmeza, porque entiende que ambas cosas son sumamente necesarias para el normal desarrollo del niño. Las normas, a través de este estilo, son fácilmente incorporadas por el niño, quien las siente como propias, cargadas de sentido y no impuestas desde afuera arbitrariamente, permitiendo desarrollar autocontrol, respetándolas, aun en ausencia del adulto.

Seguridad vial


Conducir de manera apropiada, respetar las señales de transito, utilizar los elementos de protección como el cinturón, cascos y butacas para los pequeños, son grandes detalles que pueden salvar vidas.

Los accidentes son la primera causa de muerte entre 1 y 45 años en todos los países desarrollados. Representan la más importante pérdida de años de vida útil, ya que la mayoría de los muertos son jóvenes.

Las proyecciones de la organización mundial de la salud indican que en el 2020, las lesiones sufridas en accidentes de transito podrían constituir la tercera causa de muerte y discapacidad en el mundo.

A raíz de estos indicadores la OMS ha elaborado una estrategia para estabilizar y reducir las cifras previstas de victimas mortales en accidentes de transito en todo el mundo.

Otra forma de conducir: el manejo defensivo implica conducir de una manera que permita resguardar vidas, anticipando accidentes inadecuados e imprudentes de otros conductores, evitando accidentes.

Control de velocidad: se debe circular a una velocidad apropiada de acuerdo al estado del vehiculo y del camino, carga que se transporta y visibilidad.

Alcohol: no beba alcohol si va a conducir. Tenga en cuenta también que muchos medicamentos recetados y las drogas ilegales pueden afectar fuertemente la capacidad de conducir.

La Ley Nacional de Trancito establece un límite de tolerancia máximo de alcohol en sangre de 0,5 g por litro.

Uso de elementos de seguridad: los mendocinos no utilizamos los elementos de seguridad que disponemos: cinturones de seguridad, casco, sillas de retención. Las investigaciones recientes indican que el uso de cinturones por los ocupantes de los asientos delanteros reduce el riesgo de fallecimiento en una colisión en aproximadamente 61%. Sin embargo, 2 de cada 10 personas todavía no lo tiene en cuenta al subir al vehiculo.